Los miedos

El no plan siempre es el mejor plan. El volver al silencio para mirar hacia dentro siempre fue el mejor de los viajes.

Una hamaca, aire freso y silencio son los elementos necesarios para descansar. Y no hacer nada, que ya es demasiado. No hacer nada es hacer todo aquello a lo que se tiene miedo. Miedo a la soledad, miedo al no plan, miedo a observarte por dentro, miedo a no saber, miedo a volver y no conseguir lo que quieres, miedo al fracaso, al rechazo, al goshting y todo lo que termine en -ing. El miedo, tan necesario para hacer todo lo que nos da miedo.

No es solo enfrentarse al miedo. Es desgranarlo, analizarlo y ver qué es lo peor que puede pasar a pesar del miedo. Entonces, si estás preparad@ para las consecuencias, estarás preparad@ para todo. Ahí, tendrás la solución, y te darás cuenta que los valientes no son los que trazan el plan, sino los que van a a la guerra. A sabiendas de saber que nada les protegerá, solo la convicción personal de que tener miedo no les salvará. Nada da tanto miedo como el hecho de no intentarlo.

Por eso, siempre me parecerá un buen plan el no plan. Ese lugar, donde el miedo no tiene cabida, porque se vive en presente, donde los planes futuros no existen y dónde pensar más allá del ahora no se estila. Ese lugar, donde siempre tendré una hamaca, aire fresco y silencio para pensar.

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