Esto no es una rima. Esto es mi día.

Desde hace un tiempo atrás me he convertido en agente de cambio. 

No es nada secreto, que ya, de puertas para dentro esto se podia sospechar. Y resulta que, ahora, lo ejerzo de verdad. Eso de innovar, de cambiar y avanzar.

Yo, que siempre huí de explorar lo desconocido y de salir de lo establecido. Trabajo diariamente en tierras movedizas, de origen conocido y de resultados exitosos. Eso es lo que nos dicen. Y yo, a veces me extraño que vean que hay algo de extraordinario, es esto que parece tan cotidiano, como es el hacer bien tu trabajo. 

Y parece mentira, la de vueltas que da la vida, que sin pretenderlo, me he visto sumergida en una revolución de categoría. Supongo, que al menos, ahora vibro en sintonía, porque todo lo que digo luego lo hilo. Y así me pasa, que a veces no hay reciprocidad en esto del conversar de lo que importa de verdad. Y supongo que estará bien, pues todos tenemos nuestro “aquel” que a veces no sabemos resolver. Tranquilo, que estamos los dos en el camino. 

Y termino feliz, viendo como sin querer, hice una rima sobre mí y el nuevo puesto que cogí. Y a veces dudo hasta de mí, pero luego miro lo que fuí y pienso; ¡que bueno lo que viví! que me hizo descubrir que yo, si valía para estar aquí. Y termino fecitándome a mí, y mi capacidad creativa hasta para escribir.

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