Con el tiempo, me he dedicado a destensar nudos del pasado, a dejar de tirar de cuerdas que no llevan a ningún lado, a no meterme en batallas que no aportan y a coger vuelos con destino desconocido. Me dedico a fluir, porque no hay nada más placentero que dejarse llevar, sobre todo por las nubes. Porque después de una crisis, siempre vienen tiempos de bonanza emocional. Viene un re descubrir lo que ya dabas por descubierto y un resurgir que riéte tú del Ave Fénix.
Porque después de un pico, viene un valle que ni la mejor pista de aterrizaje le podría igualar. Y aquí, ahora sí, quien lleva los mandos de la situación eres tú. Quizás no estés del todo preparad@ para lo que pueda llegar pero de lo que sí estoy segura es que tanto tu como yo somos más fuertes, más sabios y mucho más grandes, aunque tú te sigas viendo igual de pequeñit@.