Si él puede, yo también

«Si él puede. Nosotros también.» Es la lección que he sacado después de ver el primer año de vida de Ward Milles. Me pregunto qué le hace a un bebé de cinco meses y medio rodeado de cables, máquinas y miles de manos ayudándole a “luchar” para salir adelante. Al fin y al cabo no parece que el mundo actualmente sea el paraíso terrenal. Claro que los paraísos terrenales siempre se encuentran en lugares recónditos en los que se llega por casualidad. Yo creo que sencillamente lucha, no hay motivo. Es más bien un instinto de supervivencia, un “yo he venido para comerme el mundo” y aquí estoy.

Con los años las ansías de “comerse el mundo” se van apaciguando o se quedan en aquel verano del 2000. Poco antes,  hasta los más escépticos veían como el cambio de siglo traía toda una revolución tecnológica que colapsaría los sistemas informáticos de medio mundo. Pasó, pero no fue para tanto. Con el tiempo la energía cambia y  las fuerzas se apaciguan. Lo único que perdura es el más puro instinto de supervivencia, el mismo que tenemos desde que nacemos. Y el mismo que tarde o temprano nos sacará de algún apuro inesperado.

Sigamos “comiéndonos el mundo”, abriendo caminos y creando atajos, sigamos luchando como si “el paraíso” estuviese más cerca de lo que pensábamos, como si la historia acabara de empezar, dónde las expectativas y la ilusión nos empujan a seguir leyendo. Hazlo, y olvídate del “estoy mayor”. Hazme caso, no te llevará a ninguna parte. Levántate, empieza tu historia,  y lucha por el camino por el que sabes que quieres ir.

Os dejo el vídeo por si todavía no lo has visto 😉

http://www.youtube.com/watch?v=EEPHLC6dMGA

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